Hay que tener un ramalazo como que muy de Bilbao para que te autonombres «the world’s local bank». Y hacer una campaña publicitaria bajo ese espíritu en todo el mundo, y que en todas partes funcione, y que pasen los años y siga funcionando requiere mucho, pero que mucho-mucho (*) – Dejamos este espacio para que incluyas cualquier adjetivo que creas que puede encajar en la frase. A nosotros todos se nos quedan cortos.
Y es que hace ya muchos años que disfrutamos con las vallas publicitarias del banco HSBC en los aeropuertos de aquí y de allá. Manteniéndose fieles a la idea original (una misma cosa no significa lo mismo aquí que en Pernambuco) siguen sorprendiéndonos. Y cuando parece que ya han agotado la idea, en una nueva vuelta de tuerca… ¡voilá! Y ahí siguen, en Londres o en Singapur, en Nueva York o en Buenos Aires esos inmensos cartelones donde nos cuentan que nada es realmente lo que pensamos que es. Que todo puede ser eso, y algo más.