Admitámoslo: vamos de modernos. Admitámoslo: nos reímos de tantas y tantas cosas que vemos por ahí. Pero admitámoslo también: hay muchas cosas ahí fuera, que de puro malas, logran su objetivo. Es el «marketing morcilla», surrealismo en estado puro, chapuza, escasez (¿o demasía?) de ingenio que… ¡funciona! Una vez que lo has visto, tu vida no vuelve a ser lo mismo. Una vez que lo has visto, no lo olvidas. Una vez que lo has visto, ahí está para siempre. Y ese es el objetivo, ¿no?
Marketing Morcilla
3