Esto es un caos. La guerra. Huele a pegamento. Nadie sabemos dónde están las cosas. Estamos apretujados en un habitáculo con poca luz en el que hay demasiado de todo (gente, ordenadores, cables, alargadores, trastos, enseres varios…) Hay polvo de obra por todas partes. Hay ruido (además de nuestro cambio de suelo, un vecino se ha solidarizado y está taladrando). Pero no importa: somos jóvenes y valientes. El suelo nuevo de la oficina está quedando estupendo y ya les falta poco para terminar y que podamos volver a nuestros sitios. Y lo mejor: hace solito y calorcito. Así que, aunque hayan dado lluvia para hoy, decidimos mantener el espíritu alegre y hacer limonada con los limones que nos da la vida.